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Sones y Canciones para Reverdecer

by Laura Rebolloso

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1.
Reverdecer 05:42
Reverdecer Laura Rebolloso Soy otoño marrón seco que al invierno se aproxima guardo el amor, es la cima intocable cuando el hueco existencial grita el eco de la soledad pregunta: ¿Dónde la Tierra se junta con el cielo espiritual? ¿Por dónde va el espiral que al atardecer despunta? La consciencia reverdece se abre es la voz silenciada, ella te llama angustiada cuando en el cielo aparece una señal. Las hojas son la canción que conversan con mi alma ellas bailan con la calma mientras me dictan un son por la reforestación. El mundo que se ha secado, corazón erosionado, el egoísmo es la roca fría, sin agua mi boca; hoy el presente es pasado
2.
Pajarito Fandanguero Laura Rebolloso Acerca tu mano a mi corazón porque eres hermano, eterna canción. Familia de corazón con la que te comunicas mientras el ritmo repicas en un fandango, en un son; no hay frontera o división, hay jaranas resonantes, hay acordes son vibrantes cuerdas de la eternidad que cantan la humanidad con las rimas consonantes. Hay un sueño sin frontera una imagen de esperanza, en un grito de añoranza canta por la primavera; la familia fandanguera de solidaria expresión construye puentes de unión que sanan la soledad, florece la dignidad se extiende la conexión. Hay una mano contigo de perla que te acompaña entre las cuerdas te baña de sonido con abrigo, hay un verso de tu amigo, de tu hermano que festeja y el fandango no te deja, ha sido fiel compañero sin fronteras marinero, que el aburrimiento aleja. En el mar de la tarima baila la historia el pasado, el presente es amarrado y el futuro por encima.
3.
Caminante 04:36
Caminante Laura Rebolloso Hay una puerta que siempre se abre un lugar de paz, de infancia y de abrazo cuando en el combate diario de la vida el espíritu, la paz te carga en su regazo. El mundo de piedra te cobra con dinero moverte, despertarse, morir, comunicarse puedes cambiar tu estilo a un paso ligero regala tu alegría, la vida no es “comprar”. Que la vida en un suspiro tu muerte será sorpresa eres de polvo y de amor transparente un sol. Caminante deja de llorar, Ya deja de llorar Lágrimas de preocupación Porque a la muerte te vas Te vas ligero Caminante deja de llorar
4.
¿Cuánto das tú? Laura Rebolloso En un viaje muy lejano, un sabio me preguntó: Pero tú, ¿en qué trabajas? En este viaje lejano, un anciano me preguntó: Pero tú, ¿en qué trabajas? Y en este viaje lejano un niño me preguntó: Pero tú, ¿en qué trabajas? En este viaje lejano mi espejo me preguntó: Pero tú, ¿en qué trabajas? Y en este viaje lejano el amor me preguntó: Pero tú, ¿en qué trabajas? Que yo trabajo por un sueño que yo trabajo por una causa que yo trabajo por un hombre que yo trabajo, por una mujer que yo trabajo por un niño que yo trabajo por un anciano que yo trabajo por un enfermo que yo trabajo por un pobre que yo trabajo, por una canción que yo trabajo, por la música que yo trabajo por la tierra que yo trabajo por la humanidad que yo trabajo por El Cielo que yo trabajo por El Cielo. ¿Cuánto das tú? ¿Cuánto das tú? ¿Cuánto corazón, cuánto das tú? ¿Cuánta paz, cuánta das tú? ¿Cuánto perdón, cuánto das tú? ¿Cuánta consideración, cuánta das tú? ¿Cuántas palabras, cuántas das tú? ¿Cuánto silencio, cuánto das tú? ¿Cuánto le das al que camina descalzo, cuánto das tú? ¿Cuánto le das a tu país, cuánto das tú?
5.
Aviso 07:26
Aviso Laura Rebolloso Cuando se abra el corazón escucharás un mensaje para la reparación y tu cabeza se baje En la Purificación. Hay un sello que se abre cuando ilumina tu historia un dolor en tu memoria sanará cuando se labre una palabra en el jabre sediento para la Gloria. Una cisterna de amor un pozo de agua te espera para lavar el dolor y con el sol de primavera. Hay un río cristalino para que riegues el huerto de tu corazón desierto. Darás fruto en el destino compartirás el camino de la cosecha despierto. Coro: Qué tiene tu corazón, que es río y que se ha secado. Este corazón de piedra sin un espejo que se convierta de carne le pido al cielo para esperar en vigilia el anuncio al Aviso para despertar, para despertar, para despertar y para regar el desierto. Coro: Que es río y que se ha secado Ay este corazón de piedra en un desierto sin agua Le pido al cielo que caiga Una lluvia espiritual Un canto que te despierte, ay este corazón
6.
Tangueo Enamorado Laura Rebolloso Un latido en el fondo del mar suena grita seco, ¿dónde, dónde está el amor? Náufrago sin ojos llorando sus venas suena una canción rota sin color. El agua de tu abrazo se ha secado tu sonrisa se ha escondido entre tus planes no calculas el tesoro enamorado la tierra en silencio pide que la sanes. Pide que te sanes. El verdadero amor por la existencia tiene un lugar que espera la total entrega sobre la esperanza en la marea navega anuncia un descanso que la paz mantiene. Ya no se quema el Amazonas ya la dureza del hombre terminó, el cielo está anunciando los Nuevos Tiempos donde el corazón resuena que perdona.
7.
Mujer rota 04:19
Mujer Rota (Para Ivonne) Laura Rebolloso Hay una mujer que llora la lluvia amarga es su llanto, el maltrato ha sido tanto los ojos secos explora mientras la verdad se atora. Madre, ¿por cuántos dolores pasabas los sinsabores? ¿Dónde ha quedado tu vida? Ensangrentada la herida Primavera sin tus flores. Mujer, dime ¿por qué lloras? Dime ¿por qué lloras tú? Verdes tus ojos mujer ansiosa guardabas todo, tus cajones eran lodo seco sin reverdecer. Cuando partiste un ayer, regresó mi sentimiento incomprensión llevo dentro, por ti canto, te mataron y a todas nos desataron el grito por ti un lamento. Mujer, dime ¿por qué lloras? Dime ¿por qué lloras tú? Un canto por la mujer rota que pasaba el frío tu camino era un hastío no pudiste florecer. En un rojo amanecer apareciste sin vida no encontrabas la salida, descansa tu alma en flor. Mujer, sufriste el dolor de un hombre que te partía. No mates a la mujer por que ella te dio la vida Ya quiere reverdecer con la consciencia encendida.

about

Sones y canciones para reverdecer

En un mundo amenazado por la desertificación de bosques y selvas, reverdece el musicar de Laura Rebolloso y sus talentosos invitados especiales. Juntos nos ofrecen, bajo la forma de un maravilloso disco, un ramillete de sones y canciones para reverdecer. Es un canto de compromiso por la vida, cimentado con aquellas palabras de esperanza florecidas en el caminar por las escabrosas sendas de la desesperanza, presentes en la humanidad entera. Son canciones y sones surgidos del corazón de la caña, del espíritu del maíz y del trigo, de la milpa ancestral. Caen como lluvia fresca sobre nuestro oído-conciencia, aún aturdido por el estruendo de la discriminación, el clasismo, el horror, la muerte. Allí, desde nuestros pabellones auriculares, un nuevo amanecer se perfila en el horizonte sonoro de la utopía. La música y la poesía de Laura Rebolloso hacen reverdecer el alma, invitan a trabajar por un sueño, por el niño y el anciano, por la mujer rota víctima de la violencia; exhortan a asumir la responsabilidad del cuidado del mundo. Cuidado que inicia con el bregar por la vida con dignidad y justicia para todas y todos. Es defender a la tierra cuya piel es rasgada sin piedad una y otra vez por el interés ignominioso de los hombres grises.
Del corazón de cedro van emanando los ritmos y acordes de este repertorio fascinante que sorprende en cada pieza, ristra de historias hechas canto, cuyo filo cala hondo. El cedro, cincelado por la gubia campesina, invita a otras sonoridades a pespuntear el nuevo día y a volar hacia un cielo alentador y vivificante. Piano, bajo, violín, percusión, se acoplan a la guitarra leona, se entreveran con las voces firmes, melismáticas, lozanas, convergen en el deseo por configurar una trama sonora novedosa. De la propuesta musical de Laura Rebolloso e invitados especiales, deviene el reverdecer de la canción, el despertar el espíritu, emerge el son de la esperanza.
Un pajarito fandanguero, posado sobre la rama de un manzanar, con su rima resonante anuncia el florecer de la dignidad y de la solidaridad extendida. Redes amorosas que trepan por los muros fronterizos, por las mallas metálicas, para transmutar en el tiempo-espacio de compartir y convivir alrededor de una tarima, con el corazón en la mano y la vista fija en porvenir de la dignidad. El fandango sin fronteras es un punto de encuentro, de conexión entre los hermanos que han sido separados por las atroces líneas de una división política absurda, por las estratificaciones sociales, por la diversidad de sus lenguas y culturas, por el color de la piel. Así, bajo las posturas del son y del mudanceo infinito, se construyen los nidos transnacionales de fraternidad y afecto, floreciendo aquí y allá, en la tierra fértil de la confianza, labrada con el amor imperecedero. Las golondrinas humanas tienden el vuelo desde esos nidales, surcan libres por la hermandad dilatada, hacen primavera donde el invierno había congelado los corazones fandangueros.
Al ritmo de los sones y canciones para reverdecer se va construyendo el anhelo del buen vivir. Los brotes sonoros envuelven las verdes esperanzas que nunca se pierden. Las que sirven para caminar llevando el latir de la vida en la mano y nos alientan a trotar por la humanidad entera. Perseguimos las firmes convicciones, acompañados del zarandeo del pandero, del vaivén sonoro del ludimiento y el revés en la charrasca. El canto nos lleva a un viaje lejano, donde el sabio-niño y el amor preguntan por nuestro compromiso con la vida: ¿Cuánto das tú? La música fluye por la conciencia reverdecida y reverdece el mundo, es el latido que suena en el fondo del mar y se transforma en un gran abrazo de agua, engalanado con espuma marina y décimas. El contrapunto va rompiendo el alba, la noche obscura se retira, es hora de tornar a la vereda cotidiana y continuar el batallar por la vida de las mujeres, por esos cuerpos que nos importan, por las compañeras que queremos vivas. Resuena en el aire el tangueo enamorado reavivando el amor, se aleja, va cesando al terminar el son, pero sigue presente aún en el silencio de la introspección. Hecho a andar y mis labios rebeldes susurran un canto inmarcesible… Acerca tu mano, a mi corazón...

Gonzalo Camacho Díaz

Sones and Songs of Renewal

In a world threatened by the desertification of forests and jungles blossoms the music of Laura Rebolloso and her talented, invited special guests. Together they offer, in the form of a marvelous album, a bouquet of sones and songs of renewal. Her song is one of a commitment to life; one based on the words of hope that blossom while walking on the rugged trails of despair, present in all of humanity. These are songs and sones that spring from the heart of sugar cane, from the spirit of corn and wheat, from the ancestral garden. They fall like fresh rain on our ears and our consciousness, still disoriented by the turmoil of discrimination, classism, horror, and death. Here, from our ears, a new dawn opens on the musical horizon of utopia. The music and poetry of Laura Rebolloso makes the soul blossom and invites us to work for a dream, for children and the elderly, for the broken woman victimized by the violence. Her music and poetry demand that we assume a responsibility for the care of the world – a care that begins from a place of struggle for life with dignity and justice for all. It is the defense of the earth whose skin is torn without remorse again and again by the ignominious selfishness of shadowy men.
From the heart of cedar emanate the rhythms and chords of this fascinating repertoire that surprises with each piece. It is a tapestry of histories made songs whose edge cuts deep. This cedar, whittled by the peasant chisel, calls other sounds to pluck out a new day and fly towards the uplifted and exhilarated sky. Piano, bass, violin, and percussion accompany the leona guitar, intermingle with the strong, melismatic, and lush voices, and converge in the desire to create a novel resonant narrative. From the musical proposal of Laura Rebolloso and invited guests comes the rebirth of the song, the awakening of the spirit, the sound of hope.
A fandanguero bird, perched on the limb of an apple tree, announces with its resonant rhyme the blossoming of widespread dignity and solidarity. Affective networks climb border walls and electric fences in order to transmute in the space-time of sharing and conviviality around the tarima, with heart in hand and gaze fixed on a dignified future. The fandango without borders is a point of encounter, of connection, between the brothers and sisters who have been separated by the atrocious lines of an absurd political division, by social stratification, by the diversity of their languages and culture, and the by the color of their skin. In this way, under the postures of son and of infinite dancing, transnational nests of fraternity and affect are constructed, blossoming here and there, in the rich soil of trust, cultivated with enduring love. Migrating flocks of humans take flight from these nests, freely traverse an expanded brotherhood, and bring spring where winter had frozen the hearts of the fandangueros.
To the rhythm of sones and songs of renewal the wish for a good life is constructed. The sonorous seedlings embrace youthful hopes that never die. This hope allows us to walk with the pulse of life in our hands and inspires us to move among all of humanity. We pursue firm convictions accompanied by the shaking of the tambourine, the sonorous back and forth of the strings, and the strike of the percussion. The singing takes us on a long journey, where the wisdom of children and of love asks about our commitment to life – “How much do you give?” The music flows through the blossomed consciousness and renews the world; it is the beat that sounds in the depths of the ocean and is transformed into a great embrace of water, decorated with marine foam and poetry. The counterpoint breaks the dawn, the darkness of night recedes, it is time to return to our daily lives, and continue struggling for the lives of women, for the integrity of their bodies, for our sisters who we wish alive and well. The enamored tangueo resounds in the air rekindling love; it dissipates, and finally ceases at the end of the son, yet lingers in the silence of introspection. Upon departing, my rebel lips whisper an undying song… “Bring your hand close, close to my heart…”


Gonzalo Camacho Díaz
Translated by James Daria

credits

released October 3, 2020

Portada:
Federico López Escalante/
René Arellano
Formato Libre diseñería.

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Round Whirled Records Oakland, California

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